
¿A quién no se le ha pinchado un neumático alguna vez en la vida? No falta alguien que alguna vez haya llegado tarde al trabajo, perdido una reunión o incluso un vuelo por esta razón. Afortunadamente, pronto estas historias de carretera podrían ser una cuestión del pasado gracias a las llantas sin aire.
En la última década se han llevado a cabo cientos de ensayos realizados por algunas de las principales empresas automovilísticas para conseguir un producto que pueda producirse en masa y que provea ventajas en seguridad y eficiencia. Los neumáticos tradicionales están, por lo general, compuestos entre otras cosas de materiales como el caucho natural y sintético, acero, nylon, sílice, poliéster, carbón o petróleo, y se llenan a presión con aire ambiente o nitrógeno. Los prototipos airless tienen en su mayoría características comunes, como una malla interior circular compuesta por poliuretano elástico o un material flexible que facilite la absorción de las fuerzas verticales generadas por el auto al conducirse, como pasar rompemuelles, voltear rápidamente o circular a alta velocidad.
En la actualidad, son varias las compañías de neumáticos que ya han brindado información con respecto a sus prototipos airless. La empresa surcoreana Hankook ya ha presentado un modelo que no utilizaría aire para su funcionamiento durante largos periodos de tiempo y que, además, tendría un precio asequible. Otro de los fabricantes que se han manifestado con novedades al respecto ha sido Bridgestone, quienes prometieron que las veríamos próximamente en camiones y bicicletas. Finalmente, la francesa Michelin, en colaboración con General Motors, lanzó su neumático Uptis (Unique Puncture-Proof Tyre System) en el 2021, promocionando un producto sin cámara de aire interna que, además de eliminar el riesgo de pérdida de presión, soporta los impactos mejor que un neumático tradicional y reduce las posibilidades de un deslizamiento descontrolado.
Además de novedosos y eficientes, estos neumáticos resultan ambientalmente sostenibles. Según cifras reportadas por Michelin, aproximadamente 200 millones de llantas son desechadas al año debido a desgastes de la goma como consecuencia de una presión inadecuada. Se espera que al año 2024 podamos ver en la calle automóviles que cuenten con estos novedosos neumáticos y que nos provean una carrera segura, eficiente y amigable con el medio ambiente.