Australia permite el consumo de drogas psicodélicas para tratar dolencias de salud mental

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Con este, el país de Oceanía se convertirá en el primero en permitir este tipo de prácticas para tratar la depresión y el síndrome de estrés post traumático.

Australia se ha convertido en el primer país del mundo en legalizar el consumo de medicamentos que contengan sustancias psicodélicas como psilocibina (en hongos alucinógenos) y MDMA (conocido como éxtasis) para el tratamiento de enfermedades de la mente, como depresión o estrés post traumático. 

Este tipo de drogas tienen como efecto principal el desencadenar estados mentales no ordinarios y una aparente expansión de la conciencia. La Administración de Bienes terapéuticos ha publicado una nota de prensa donde anuncia haberle dado el visto bueno a “psiquiatras específicamente autorizados para el tratamiento de algunas dolencias de salud mental” para prescribir estas sustancias. 

Las drogas psicodélicas como el LSD, la psilocibina y el MDMA han sido objeto de investigación en los últimos años por sus posibles beneficios en el tratamiento de la depresión y el estrés postraumático (PTSD). Aunque estas sustancias han sido utilizadas en prácticas rituales y religiosas desde hace siglos, su potencial terapéutico ha sido explorado solo recientemente, lo que ha llevado a un creciente interés en su uso en la medicina moderna.

El LSD y la psilocibina, por ejemplo, interactúan con los receptores de serotonina en el cerebro, lo que provoca cambios significativos en la percepción, el pensamiento y las emociones. El MDMA, por otro lado, aumenta los niveles de serotonina, dopamina y noradrenalina, lo que ayuda a reducir la ansiedad y el estrés.

A pesar de que estos compuestos se han utilizado en terapia psicodélica desde los años 50, su uso se detuvo en la década de los 70 debido a la ilegalización de estas sustancias y la falta de estudios clínicos rigurosos que demostraran su eficacia. Sin embargo, en los últimos años, los estudios científicos han renovado el interés en el uso de estas drogas para tratar diversas afecciones psicológicas, incluyendo la depresión y el PTSD.

Uno de los posibles mecanismos por los que las drogas psicodélicas pueden ayudar en el tratamiento de la depresión y el PTSD es su capacidad para interrumpir patrones mentales negativos y repetitivos. La psilocibina, por ejemplo, ha demostrado en varios estudios que puede aumentar la actividad en la corteza prefrontal medial, una región del cerebro asociada con la introspección y la toma de decisiones. Esto puede ayudar a las personas a tener una mayor perspectiva y comprensión de sí mismos, lo que puede mejorar su estado de ánimo y reducir los síntomas de la depresión y el Síndrome de Estrés Post Traumático.

Además, las drogas psicodélicas también pueden ayudar a las personas a procesar recuerdos traumáticos de una manera diferente. En un estudio de 2018, el MDMA se utilizó en el tratamiento del PTSD en veteranos de guerra, y se encontró que reducía los síntomas de manera significativa. Se cree que el MDMA aumenta la liberación de oxitocina, una hormona asociada con el apego y la confianza social, lo que puede ayudar a las personas a procesar emociones y recuerdos traumáticos de una manera más segura y menos dolorosa.

Es importante tener en cuenta que el uso de drogas psicodélicas en la terapia psicodélica está estrictamente regulado y debe ser administrado bajo la supervisión de un profesional médico capacitado. Estas sustancias tienen efectos psicológicos y físicos significativos, y pueden producir efectos secundarios no deseados si se utilizan incorrectamente. De hecho, aún no hay ningún país en la región que haya autorizado su uso, aunque si se ha desarrollado este tipo de terapias de manera informal.

La aprobación en Australia entrará en vigor a partir del próximo primero de julio.

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