Según el último informe del Índice de Normas Sociales de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), todavía existe una creencia arraigada en la población mundial de que los hombres son mejores líderes políticos y ejecutivos que las mujeres. Estos prejuicios tienen un impacto negativo en la sociedad en general y obstaculizan el desarrollo humano.
El informe destaca que estas normas sociales perjudiciales llevan al desmantelamiento de los derechos de las mujeres en muchas partes del mundo, lo cual se manifiesta en el aumento de movimientos que se oponen a la igualdad de género y en violaciones de los derechos humanos. Además, estas actitudes también se reflejan en la falta de representación de las mujeres en puestos directivos. Aunque las mujeres están mejor calificadas y formadas que nunca, su presencia en roles de liderazgo sigue siendo mínima.
Otro dato alarmante revelado en el informe es que un sorprendente 25% de las personas cree que es justificable que un hombre golpee a su pareja. Estos prejuicios son un obstáculo significativo para las mujeres y contribuyen a la desigualdad de género.
Es esencial cerrar la brecha de género y crear políticas que aborden estos problemas. Los gobiernos desempeñan un papel fundamental en el cambio de las normas sociales de género, adoptando políticas como el permiso parental y realizando reformas en el mercado laboral para desafiar las percepciones tradicionales sobre el papel de la mujer en el trabajo y el cuidado.
Es crucial reconocer el valor económico del trabajo de cuidados no remunerado y promover su redistribución equitativa entre hombres y mujeres. Además, invertir en leyes y políticas que fomenten la igualdad de género en la participación política, fortalecer la protección social y los sistemas de atención, y combatir la incitación al odio y la desinformación en línea también son acciones necesarias para lograr un cambio positivo.
La educación desempeña un papel fundamental en la transformación de las normas sociales, y es importante implementar políticas y cambios legislativos que reconozcan los derechos de las mujeres en todas las áreas de la vida, así como garantizar una mayor representación en la toma de decisiones y los procesos políticos.
Cerrar la brecha de género requiere un enfoque integral que involucre inversiones, seguros e innovación para expandir el desarrollo humano. Solo al desafiar las normas sociales perjudiciales, las actitudes patriarcales y los estereotipos de género podremos lograr una sociedad más igualitaria y justa.
En América Latina, muchos países han implementado políticas de género para abordar la desigualdad y promover la equidad entre hombres y mujeres. Estas políticas se centran en diversas áreas y tienen como objetivo cerrar la brecha de género en diferentes aspectos de la sociedad. Algunas de estas iniciativas incluyen cuotas de género, leyes contra la violencia de género y leyes para garantizar la igualdad salarial, políticas de conciliación laboral y familiar, y programas de educación en igualdad de género.
Cabe destacar que la adopción y el impacto de estas políticas pueden variar según el país y la región, y todavía queda mucho por hacer para lograr una plena igualdad de género en la región.