En las economías emergentes, cada vez es más común encontrar un espíritu emprendedor en la población femenina. Según un estudio realizado por la Global Entrepreneurship Research Association en 49 países, América Latina se destaca como la región con la mayor proporción de mujeres que se animan a emprender su propio negocio. De todos los países analizados, la mayoría de los que muestran una mayor participación emprendedora femenina se encuentran en Latinoamérica.
Por ejemplo, en Guatemala, casi 3 de cada 10 mujeres entre 18 y 64 años se encuentran en la etapa inicial de establecer su propia empresa, es decir, en los primeros 3.5 años de vida de su negocio. Colombia y Chile también presentan altas proporciones, con más del 26% y el 25% respectivamente.
Sin embargo, este estudio también revela que, en países con economías más desarrolladas, como Japón, España y Alemania, las tasas de mujeres emprendedoras son muy bajas, todas por debajo del 10%.
Esto parece ser una tendencia generalizada y no una excepción. Las economías más avanzadas suelen tener tasas más bajas de iniciativa empresarial femenina debido a la presencia de una amplia gama de opciones de empleo y a niveles más altos de competitividad entre las empresas. Estos factores pueden hacer que emprender un negocio propio les sea menos atractivo.
En las economías emergentes, sin embargo, el emprendedurismo femenino es una tendencia al alza debido a una combinación de factores económicos, sociales y culturales.
Según datos del Banco Mundial, en América Latina y el Caribe, el 50% de las mujeres trabajan en el sector informal, donde a menudo se enfrentan a condiciones laborales precarias y baja remuneración. Ante esta realidad, muchas mujeres optan por el emprendimiento como una alternativa para generar ingresos. Según un informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) en 2019, en países como Colombia, Perú y Ecuador, el 65% de las mujeres emprendedoras mencionaron la necesidad económica como una motivación para iniciar su propio negocio. De acuerdo con este mismo estudio, el 45% de las mujeres en Latinoamérica ve buenas oportunidades para emprender, en comparación con el 38% a nivel global. Además, el acceso a financiamiento es fundamental. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2020, en América Latina y el Caribe, el 39% de las mujeres emprendedoras utilizó recursos financieros externos para financiar su negocio, y el 24% recibió capacitación para emprender.