No todos los emprendimientos son startups. La principal característica de un emprendimiento dinámico o startup es su velocidad de crecimiento. Se espera que las startups puedan crecer de forma exponencial, multiplicando sus ventas, clientes o usuarios considerablemente de un periodo a otro. Este crecimiento atrae a ciertos inversionistas como inversionistas ángeles o venture capitalists que buscan retornos exponenciales de por lo menos 10x veces el monto invertido. Por ello, estos inversionistas solo invierten en startups y no en modelos de negocios tradicionales.
La velocidad de crecimiento que caracteriza a una startup supone un componente diferencial que en la mayoría de los casos consiste en una innovación tecnológica altamente escalable, con importantes márgenes de ganancias. Esta diferenciación en el producto o modelo de negocio permite a una startup conquistar rápidamente mercados, destruir modelos tradicionales, transformar y monopolizar industrias. Pensemos en Uber, Airbnb y Netflix – entre las más famosas. Poder lograr estos altos niveles de diferenciación, escalabilidad y crecimiento acelerados no es una tarea nada fácil. Se estima que 9 de cada 10 startups fracasan. Aunque parezca “cool” construir una startup, el nivel de exigencia y esfuerzo es brutal.
En este espacio, me gustaría compartir 4 aprendizajes para emprendedores que que espero que puedan reducir de alguna forma el riesgo de emprender en vertiginoso mundo de las startups
Encontrar fit con el mercado va más allá de crear un producto que la gente necesite:
En el léxico de startups se habla mucho del product-market fit. Un producto debe resolver un problema real y debe tener un mercado que lo necesite. Si bien esto es fundamental, hay que pensar un paso más allá. No solo es necesario tener un mercado que quiera tu producto, es igual de importante que el precio del producto pueda compensar el costo de adquirir a los clientes y mantener los márgenes de la empresa. Esto suena obvio pero muchas startups cometen el error de pensar que si el cliente quiere su producto entonces ya encontraron fit con el mercado. No le dan la importancia debida al precio. El verdadero fit se encuentra cuando el cliente paga un precio que hace sostenible el modelo de negocios.
La escalabilidad de un producto no es una cuestión de qué sino de cuándo: Muchos emprendedores ponen demasiado énfasis en crear productos escalables desde un inicio. Uno quiere encontrar una sola receta que funcione para todos y solo replicarla. Si un producto o solución implica un alto grado de soporte o personalización, entonces pierde su escalabilidad porque significa costos altos que no se pueden trasladar de un cliente a otro. Sin embargo, buscar esta escalabilidad desde muy temprano puede ser contraproducente. Una startup puede monetizar por soluciones con cierto nivel de personalización mientras va descifrando las funcionalidades más escalables del producto. Una vez identificados e incorporados estos elementos, entonces va consolidando una propuesta escalable. Por ello, el dilema de escalar un negocio muchas veces no se trata de qué producto construir sino de cuándo decidir escalarlo.
El talento correcto es el que comparte tu cultura y tu visión: Contratar es tal vez uno de los factores más importantes para una startup. La escasez de recursos, el poco margen de error y la influencia directa en los resultados de los primeros empleados en una startup obligan a los emprendedores a no fallar en sus primeras contrataciones. En este sentido, no es tan importante buscar candidatos con grandes curriculums y estudios en las mejores universidades. Es mucho más importante encontrar personas capaces pero apasionadas por el problema que estás resolviendo, personas que sí tengan experiencia y habilidades para ejecutar el trabajo de hoy pero que además puedan crecer con la empresa, hacia las responsabilidades y las funciones que la startup les exigirá a medida que vaya escalando. Los roles en una startup pueden cambiar abruptamente, por ello se debe contratar para la empresa – según su cultura y visión – y no solamente para el puesto.
Eres el activo más valioso: Los fundadores de una startup son el principal factor para su éxito. Plagado de dudas, incertidumbre, desilusiones, negativas y otros tantos retos, el fundador de una startup debe tener el carácter, la disciplina y la resiliencia para mantenerse a flote en los momentos más duros que de todas maneras les presentará el negocio. Por ello, es fundamental trabajar en uno mismo. Hacer lo indispensable para tener la mente y el cuerpo en el lugar correcto para superar estas dificultades. Ya sea a través del deporte, la meditación, la lectura, la familia, la naturaleza, el apoyo psicológico – lo que funcione para cada caso. Uno deberá ir descifrando su propia fórmula para enfrentar el estrés y la presión de manejar una startup. Cuando todo parezca oscuro y las esperanzas se desvanezcan, se deben tener los recursos para encontrar la lucidez y la perseverancia para salir adelante. Entender que uno puede ser su mayor enemigo y trabajar en uno mismo para revertir esta situación y ser la fuente de inspiración y energía para tu emprendimiento tal vez sea una de las mejores decisiones.