
El Banco Central Europeo aumentó sus tasas de interés en tres cuartos de punto porcentual y anunció que continuará realizando varios aumentos adicionales. Este ajuste sin precedentes fue una medida tomada para mitigar la creciente inflación en la región, la más alta en los últimos 50 años.
En los últimos meses, el BCE ha dejado atrás ocho años de tipos negativos y ha devuelto los tipos de interés a los niveles de 2011. Sin embargo, se anticipa que esta subida tendrá poco impacto con respecto al incremento de los precios de la energía, provocado por la guerra rusa. Según reportes de la Agencia EFE, el BCE adicionalmente ha revisado su previsión de inflación en la Eurozona, y se sitúa por encima de lo estimado en junio de este año, por 1.3 puntos, alcanzando el 8.1%. Del mismo modo, para 2023 hay un alza estimada de 5.5% y para 2024 de 2.3%.
Tras la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE informó también que sus previsiones de crecimiento económico han rebajado hasta el 0.9 % para 2023 y hasta el 1.9% para 2024. Sin embargo, para el 2022, hay un alza de tres décimas, hasta alcanzar el 3.1%. La entidad presidida por Christine Lagarde también confirmó que “se espera un estancamiento de la economía” durante el último trimestre de 2022 y el primero de 2023. Además, no descartó la posibilidad de que Europa entre en recesión si el conflicto con Rusia continua. En el caso de que el gobierno de Vladimir Putin decidiera dejar de enviar gas, Europa se vería obligada a racionarlo.