
Cada vez son más las empresas de la región que priorizan la evaluación de los riesgos climáticos en su agenda de negocios.
El cambio climático continúa siendo la principal preocupación para América Latina, una región sumamente vulnerable a sus efectos.
Según reportes de la Organización de las Naciones Unidas, se espera que para el 2030, haya más de un desastre natural por día en la región. Sequías, incendios, inundaciones, huracanes y terremotos serán cada vez más frecuentes, preocupando a los gobiernos y empresarios. De acuerdo con el Informe Global de Riesgos del Foro Económico Mundial, los eventos climáticos extremos son la principal preocupación de las empresas latinoamericanas para los próximos diez años por su impacto sobre los sectores económicos. La agencia Moody’s advirtió en un informe que las industrias con activos fijos como la minería, la producción de hidrocarburos y los servicios públicos, son las más expuestas a sufrir por estos problemas.
Este informe de la calificadora internacional hizo también un llamado a las empresas a tomar medidas para abordar los riesgos relacionados con el cambio climático de forma planificada, ya que esto se reflejaría en sus calificaciones y solvencia crediticia a futuro. En general, este informe señala que Latinoamérica y el Caribe “están retrasados en sus agendas de cero emisiones netas en comparación con otros países”. A pesar de haber tomado algunas acciones para mitigar los efectos del cambio climático, aún nos encontramos lejos del ideal. En la región, Brasil y México son dos de los países que más emisión de gases de efecto invernadero producen.
Es por ello que Latinoamérica se ha sumado a la tendencia global que exige priorizar la evaluación de los riesgos climáticos como parte de su negocio. De hecho, la agencia Bloomberg destacó en una encuesta a 100 altos ejecutivos del mundo, que el 85% de los entrevistados han comenzado a considerar el impacto climático. De este total, el 37% se encuentra en las primeras etapas de planificación, el 43% está en la etapa intermedia, pero solo el 5% de los encuestados se encuentra en la fase avanzada.