La economía circular es un modelo económico que se basa en la reducción, reutilización, reciclaje y recuperación de los materiales y recursos para prolongar su vida útil y minimizar el desperdicio. En lugar de seguir un modelo lineal de producir, usar y desechar, la economía circular busca crear un ciclo cerrado de producción y consumo que reduzca la huella ambiental y maximice la eficiencia de los recursos.
En Latinoamérica, y en el mundo, este modelo es importante porque permite a los países y empresas crear un futuro más sostenible y resiliente. Uno de sus principales beneficios es la reducción de la huella ambiental, además de aumentar la eficiencia de los recursos.
En la región, este modelo está ganando cada vez más relevancia y tiene un gran potencial para seguir creciendo en el futuro. En 2018, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó la iniciativa “Economía Circular en Latinoamérica y el Caribe”, que ya ha invertido más de 80 millones de dólares en proyectos regionales.
Parte importante de este modelo es que fomenta la innovación en el diseño de productos y procesos, lo que permite a las empresas desarrollar nuevas soluciones y modelos de negocio más sostenibles y rentables, generando oportunidades de empleo y de negocio en sectores como la recuperación de materiales, el reciclaje y la reparación. Según un estudio realizado por la consultora EY, el mercado de la economía circular en Latinoamérica podría alcanzar un valor de 4.5 billones de dólares en 2030, generando más de 4 millones de empleos.
En Latinoamérica, son varios los países que han comenzado a promover este modelo. Tan así es, que, en 2021, el Foro Económico Mundial incluyó a cinco países de la región en su lista de “Líderes Regionales en Economía Circular”: Brasil, Colombia, Costa Rica, México y Perú.
Por ejemplo, el gobierno colombiano ha establecido una política nacional de economía circular con el objetivo de reducir los residuos en un 25% para el 2030. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en 2020 se reciclaron más de 2.3 millones de toneladas de residuos, lo que representa un aumento del 4% con respecto al año anterior. En Brasil se han establecido objetivos de reciclaje y se han creado programas para promover la economía circular. Según un informe de la Fundación Ellen MacArthur, Brasil tiene un potencial económico de hasta 382 mil millones de reales (alrededor de $67 mil millones de dólares) en la transición hacia este modelo.
Del mismo modo, el gobierno mexicano ha lanzado una iniciativa similar. Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en 2020 se reciclaron 9.9 millones de toneladas de residuos, lo que representa un aumento del 7% con respecto al año anterior. En Chile, según la Agencia de Sostenibilidad Energética de dicho país, se reciclaron más de 1.3 millones de toneladas de residuos en 2020, lo que representa un aumento del 23% con respecto al año anterior.
En general, la economía circular está ganando impulso en Latinoamérica, aunque aún hay mucho por hacer para lograr una transición completa hacia este modelo. Es importante seguir trabajando en la implementación de políticas y programas que promuevan la economía circular y el uso eficiente de los recursos en la región.