Un nuevo estudio publicado en Nature Human Behaviour ha recopilado 90 investigaciones realizadas en todo el mundo sobre la relación entre la soledad y la mortalidad. Estos estudios incluyeron datos de más de 2,2 millones de personas seguidas durante años. Se encontró que, en promedio, la soledad aumenta el riesgo de morir por cualquier causa en un 14%, mientras que el aislamiento social lo agrava en un 32%.
En cuanto a enfermedades específicas, el aislamiento social eleva el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares en un 34% entre la población general. Por otro lado, las personas que se sienten solas tenían un ligero aumento en el riesgo de morir por problemas cardíacos, pero no significativo. Además, el aislamiento social aumenta el riesgo de morir por cáncer en un 34%, mientras que la sensación de soledad solo lo incrementa en un 9%.
Se ha demostrado que el aislamiento social afecta negativamente la salud cognitiva y física, mientras que la soledad se relaciona más con la salud mental, como la depresión. La falta de relaciones sociales puede llevar a un mayor estrés y afectar al metabolismo, al sistema inmunológico y a la circulación. Además, la soledad se ha relacionado con la liberación de cortisol, una hormona que puede tener efectos negativos en el organismo.
La conexión entre la soledad y algunos tipos de cáncer, como el de mama, se atribuye a las diferencias en la liberación de hormonas entre las personas solas y las que tienen contacto social. Las personas que mantienen relaciones sociales tienen una mayor probabilidad de vivir más años debido a la producción de hormonas de felicidad como la oxitocina y la serotonina. La incidencia de problemas mentales, como la depresión y la ansiedad, también se vio incrementada en las personas que viven solas.
En la era del trabajo remoto, cuidar cómo manejamos la soledad puede hacer la diferencia entre la la salud o la enfermedad. Si vives y/o trabajas solo y deseas evitar los efectos negativos del aislamiento es importante buscar oportunidades para interactuar con otras personas. Puedes hacerlo participando en actividades comunitarias, uniéndote a grupos o clubes con intereses similares, o incluso a través de actividades en línea, como foros o redes sociales. Establecer conexiones significativas con amigos, familiares o colegas y dedicar tiempo para mantener y fortalecer estas relaciones, también es importante. Participar en actividades sociales, mantener una rutina saludable y buscar apoyo emocional de ser necesario, también son estrategias claves que pueden ayudarte a prevenir los efectos negativos de la soledad.