Según un estudio del BID, en el 2022 el número de Fintechs en Latinoamérica se duplicó con respecto al 2018. Hoy, América Latina y el Caribe cuentan con casi 2,500 empresas de tecnología financiera, una cifra que supone casi el 23% de todas las fintechs a nivel mundial.
El líder latinoamericano en cantidad de fintechs es, sin duda alguna, Brasil, que ya cuenta con más de 770 empresas, un 30% del total regional. Le siguen México, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Ecuador y República Dominicana. Llama la atención que en países donde la banca tradicional aún es predominante, las fintech continúen ganando popularidad por su rapidez, eficacia y experiencia de usuario positiva. Entre sus beneficios está una mejor y mayor distribución de la información, ofertas de servicios diferenciados y tailor-made para los clientes, creación de nuevos mercados, inclusión de nuevos clientes a la economía digital y simplificación en los procedimientos y contratos.
Sin embargo, según un estudio de la consultora McKinsey, el 71% de los consumidores aún prefieren un servicio multicanal, aunque el sistema tradicional se componga de prácticas que ya resultan anticuadas. Sin embargo, a medida que los consumidores continuen exigiendo agilidad, velocidad y, en la mayoría de casos, menores costos asociados, continuarán reemplazando los servicios de los bancos por estos nuevos actores. Sus detractores, aseguran que la poca o nula regulación con la que cuentan las fintechs pueden terminar perjudicando al consumidor, especialmente en los países latinoamericanos, donde el cambio normativo en esta materia es lento y muchas veces no va en línea con un marco de ciberseguridad, protección de datos o fraudes. El papel de los gobiernos y sus entidades reguladoras, continúa siendo un desafío para el futuro de las financieras digitales.
A pesar de eso, The Business Research Company ha anunciado que el mercado global del fintech se ha valorado en cerca de $ 127,66 mil millones en 2018 y se espera que crezca a $ 309,98 mil millones con un crecimiento anual de casi el 25% este año. En Latinoamérica, las fintechs traerán un desarrollo que motivará nuevas e innovadoras ideas, que deriven en una nueva forma de hacer banca de una manera más personalizada y eficiente con menor costo.