
Según un estudio publicado en The British Journal of Sports Medicine, el ejercicio está vinculado con un riesgo menor de muerte. Esta investigación es la prueba más reciente de una tendencia que asegura que el entrenamiento físico en general es fundamental para la longevidad y la buena salud.
Los resultados de la investigación, difundidos por el diario The New York Times, aseguran que cambiar de un estilo de vida sedentario a uno con ejercicio constante es comparable a la diferencia que hace fumar contra no fumar. Lo aconsejable es tener de una a tres horas a la semana de ejercicio aeróbico y una o dos sesiones semanales de ejercicio de resistencia. Estas conclusiones fueron el resultado de una investigación sobre una base de datos de 416,420 adultos estadounidenses, en la que especificaban la cantidad y los tipos de actividad física que realizaban. Tras un ajuste de factores determinantes por edad, sexo, educación, estado civil y enfermedades preexistentes, entre otros, los investigadores descubrieron que las personas que realizaban una hora de actividad aeróbica a la semana tenían un riesgo de mortalidad un 15% menor. El incremento del ejercicio a tres horas a la semana aumentaba el número a 27%. Las personas que además participaban en una o dos sesiones de entrenamiento de fuerza a la semana tenían un riesgo de mortalidad aún menor, alcanzando un 40% comparado a aquellos que no hacían nada de ejercicio.
Más allá de los estudios, en general, los expertos concuerdan en que el entrenamiento constante de resistencia es beneficioso para envejecer de manera adecuada. La pérdida de músculo, que comienza alrededor de los 30 años, está vinculada a problemas de falta de fortaleza, lesiones y limitaciones en nuestra movilidad. Un entrenamiento de fuerza regular ayuda a aumentar la masa muscular, que, a su vez, contribuye a mantener nuestro cuerpo en óptimas condiciones.