Se ha confirmado en Chile el primer caso de un humano contagiado con sporothrix brasiliensis, un hongo que es generalmente transmitido por los gatos. Esta enfermedad es conocida como esporotricosis, una infección micótica que afecta principalmente a la piel y los tejidos subcutáneos, aunque en algunos casos puede propagarse a otros órganos. Es causada por varios tipos de hongos del género Sporothrix, siendo Sporothrix brasiliensis una de las especies involucradas en su transmisión.
La infección de esporotricosis a través de los gatos es una preocupación importante, ya que estos animales pueden ser portadores y transmitir la enfermedad a los seres humanos y a otros animales a través de arañazos o mordeduras. Cuando un gato araña o muerde a una persona, puede transferir el hongo presente en sus garras o dientes a la piel de la persona, causando una infección en la zona afectada. Los gatos también pueden transmitir la infección entre ellos, desarrollando lesiones en la piel que generalmente comienzan como pequeñas protuberancias que se ulceran y pueden presentar costras. Estas lesiones pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero con mayor frecuencia en la cabeza, las extremidades y la cola. Si se sospecha una infección es importante buscar atención veterinaria para confirmar el diagnóstico y prescribir un tratamiento adecuado que generalmente involucra antifúngicos orales. Los gatos con esporotricosis deben ser tratados y aislados para evitar la propagación de la enfermedad.
La infección en humanos se produce generalmente cuando el hongo entra en contacto con la piel a través de pequeñas lesiones o heridas. La esporotricosis no se considera altamente contagiosa de persona a persona, pero, además de los gatos, puede propagarse por medio de manipulación de material vegetal contaminado con el hongo, como espinas de plantas o tierra. Las personas con un sistema inmunológico debilitado pueden ser más susceptibles a la infección.
Para protegerse de la esporotricosis, aquí hay algunas medidas que se pueden tomar:
Evitar el contacto con material vegetal contaminado: Si trabajas en jardinería o actividades al aire libre que involucran manipulación de plantas y tierra, usa guantes y ropa protectora para reducir el riesgo de entrar en contacto con el hongo.
Lavado adecuado de las manos y la piel: Después de trabajar en el jardín u otras actividades al aire libre, lávate bien las manos y la piel expuesta para eliminar cualquier posible contaminación.
Protección de heridas y lesiones cutáneas: Si tienes heridas abiertas o cortes en la piel, asegúrate de cubrirlas con apósitos o vendajes para evitar la entrada del hongo.
Buena higiene personal: Mantén tu piel limpia y seca, ya que la humedad excesiva puede crear un ambiente propicio para el crecimiento de hongos.
Consulta a un profesional médico: Si notas lesiones en la piel que no cicatrizan adecuadamente, especialmente si has estado trabajando en actividades al aire libre, es importante buscar atención médica. El médico puede realizar pruebas para confirmar el diagnóstico y recetar el tratamiento adecuado, que generalmente involucra antifúngicos.
Recuerda que aunque la esporotricosis no es altamente contagiosa de persona a persona, es importante tomar precauciones para evitar la exposición al hongo, especialmente si estás en riesgo debido a tus actividades diarias o a tu estado de salud.