El objetivo principal de muchos gerentes corporativos es mejorar el rendimiento ESG (ambiental, social y de gobernanza corporativa) de sus empresas. Sin embargo, un dilema constante es qué aspectos priorizar.
Para determinar las prioridades, un enfoque sorprendentemente poco utilizado es preguntar a las personas comunes qué comportamientos corporativos consideran más importantes. Según décadas de investigación, incluida la realizada por la organización JUST Capital, la opinión pública otorga una importancia desproporcionada al trato a los trabajadores cuando se evalúa el comportamiento general de las empresas estadounidenses. Los temas relacionados con el trato a los trabajadores son considerados tres veces más importantes que los temas de trato a las comunidades, clientes, accionistas y medio ambiente, los cuales tienen un valor similar entre sí. Estas prioridades se mantienen constantes año tras año y se aplican a diferentes grupos demográficos y políticos.
JUST Capital, una organización sin fines de lucro fundada por el filántropo Paul Tudor Jones, realiza investigaciones para determinar qué comportamientos corporativos son más relevantes para el concepto de “justicia” corporativa. Luego, publica clasificaciones anuales acerca del tema con respecto a las empresas estadounidenses, con la expectativa de que los consumidores, empleados e inversores utilicen la información para recompensar a los líderes corporativos y castigar a los rezagados. A diferencia de las clasificaciones ESG que dependen en gran medida de la opinión de expertos, la metodología central de JUST se basa en que el público defina la justicia y juzgue lo que más importa.
De acuerdo con información publicada por Harvard Business Review, para determinar la importancia relativa de cada uno de los 20 comportamientos centrales para la justicia, JUST utiliza un panel de participantes en investigaciones de encuestas que representan ampliamente la demografía de la población de EE. UU. A los participantes se les proporciona la misma descripción de lo que se entiende por “justicia”. Luego, se seleccionan al azar cuatro de los 20 comportamientos, y se les pide a los participantes que identifiquen el comportamiento más importante y el menos importante. Cada participante completa este ejercicio 10 veces, enfrentando cada vez una selección diferente de cuatro comportamientos para identificar el más y menos importante. El análisis estadístico de los datos, que incluye decenas de miles de elecciones de los participantes, proporciona una estimación de la probabilidad de que un encuestado aleatorio clasifique ese problema como el más importante de los 20. JUST utiliza los resultados de este análisis para asignar pesos a los 20 comportamientos y construir una puntuación general de justicia para cada empresa del Russell 1000, y luego publica estas clasificaciones (tanto en general como por industria).
Los resultados muestran que los problemas relacionados con los trabajadores son los que más preocupan a las personas. Los comportamientos relacionados con los trabajadores representan la mayor parte de las preocupaciones de las personas, con cuatro de los cinco comportamientos relacionados con los trabajadores entre los seis principales. La probabilidad total de que se juzgue un problema relacionado con los trabajadores como el más importante es del 44%, en comparación con un rango del 12 al 18% para las otras categorías de comportamientos.
Estos resultados tienen implicaciones importantes para los gerentes que desean que sus organizaciones sean percibidas como justas. En primer lugar, es crucial priorizar a los trabajadores. Esto implica asegurarse de que se les pague adecuadamente, proteger su salud y seguridad, brindar oportunidades de avance profesional y promover el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. En segundo lugar, es importante reconocer que las opiniones sobre la importancia de los trabajadores son sorprendentemente similares en todos los grupos demográficos y políticos.
Además, este enfoque para priorizar problemas y clasificar empresas en función de la opinión pública debería ser un modelo a seguir. A diferencia de otros sistemas de clasificación que utilizan pesos arbitrarios o seleccionados por expertos, JUST Capital confía en las opiniones del público para definir la justicia y juzgar lo que más importa. Las opiniones del público son medibles de manera empírica, relevantes para los gerentes y brindan una base de legitimidad pública. Además, las opiniones del público pueden ser más homogéneas y estables de lo que se podría pensar, lo que facilita a los gerentes establecer prioridades en los comportamientos corporativos.