Especial: La Nube está transformando industrias y creando oportunidades en Latinoamérica

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Parte esencial en el camino hacia la digitalización de las empresas, la transición hacia La Nube es un negocio que sube como la espuma, con un mercado de US$ 546 mil millones globalmente. En América Latina, la región presenta una oportunidad para aumentar la eficiencia y bajar sus costos. En este reporte especial, aprendimos sobre las distintas opciones cloud para las firmas y las maneras en que se benefician de ella.

Entre el 23 y el 27 de abril de este año, en Shenzhen, la firma china Huawei anunció una importante inversión en Latinoamérica, dentro de su evento anual Huawei Cloud Compass 2023, durante los cuales la compañía da a conocer sus principales logros e innovaciones en el ámbito cloud.

Allí, el presidente de Huawei América Latina, Daniel Zhou, anunció que, durante la segunda mitad de este año, la firma tendrá nuevos data centers o ‘zonas de disponibilidad’ en Brasil, México y Chile, completando 11 centros de datos en toda la región.

Del mismo modo, a fines de marzo, el gigante proveedor de cloud Amazon Web Services (AWS) abrió en Chile su cuarta local zones, adicional a las de Buenos Aires, Querétaro (México) y Lima, con el fin de poner a disposición de los usuarios una infraestructura que permite acceder a los servicios de cloud computing de esta compañía de forma más rápida y local. Esa inversión próximamente tendrá también aperturas en Rio de Janeiro y Bogotá.

Constantemente este continente tiene algo que anunciar respecto de la Nube. Y no es coincidencia, ya que de acuerdo con la consultora IDC, el tamaño de mercado cloud en América Latina alcanzó US$ 6.800 millones en 2020 y se prevé que crezca 34,2% al 2024.

¿POR QUÉ LA NUBE?

“Lo que llamamos Cloud o la Nube, es una tecnología que permite el almacenamiento y el acceso a datos y programas a través de Internet, en lugar de utilizar el disco de una computadora (…) Es particularmente útil para la innovación y la agilidad a largo y mediano plazo, y representa un bajo costo de entrada para las empresas”, explica Carlos Sosa, consultor de datos en Readiness Global, una firma multinacional que ayuda a distintas empresas en su camino hacia la digitalización.


Hoy, el término Nube considera la infraestructura que soporta múltiples aplicaciones como un servicio, agregando capacidades de Inteligencia Artificial y Big Data para el análisis de información, acceso a softwarey algoritmos, permitiendo una forma flexible y escalable de ofrecer capacidad, según las necesidades del usuario.

Este servicio viene ofreciéndose desde hace casi 15 años, con servicios anexos que se han diversificado de manera muy amplia ofreciendo desde infraestructura tecnológica hasta servicios especializados como correo electrónico y streaming, entre muchos otros.

Las personas usan la nube, por ejemplo, cuando hacen una copia de seguridad remota de las imágenes de sus teléfonos inteligentes, y lo mismo ocurre con las empresas, industrias, servicios y organizaciones. 

“A medida que la generación de datos crece exponencialmente, también lo hace el espacio requerido para la capacidad de almacenamiento y la potencia informática. Cada vez es menos atractivo para las compañías tener su propio centro de datos, lo que hace que el uso del servicio en la nube sea la mejor opción”, indica César Funes, vicepresidente de Asuntos Públicos en Latam y el Caribe para Huawei.

Con este nuevo paradigma, las empresas ya no necesitan invertir en infraestructura de TI costosa y difícil de mantener. “Por el contrario, pueden concentrarse en su negocio principal y dejar las preocupaciones técnicas a los expertos en la nube” agrega Carlos Sosa.

Foto de Dennis Kummer en Unsplash

Los entrevistados coinciden en que la Nube es clave en la competitividad de las empresas e instituciones, pues les permite ahorrar costos.  

“Al eliminar la necesidad de adquirir y mantener los metros cuadrados de un centro de datos, servidores físicos, equipos de red y sistemas de almacenamiento, las empresas pueden reducir gastos de capital y enfocarse en un modelo de costos basado en el consumo, pagando solo por los recursos que realmente utilizan”, dice Víctor Muscillo, de Oracle.

Pero lo que podría parecer simplemente la capacidad de almacenar y disponer de más datos, es el tejido digital unificador que permite a las empresas lograr un valor sostenible y orientado a objetivos.

“Los problemas que enfrentan los mercados han sido catalizadores para acelerar la adopción de la nube, con el fin de liberar valor. Sin embargo, muchas empresas sólo se han centrado en la nube para impulsar la eficiencia de los costes. Aún no han aprovechado la oportunidad que brinda para acelerar la innovación y el crecimiento”, considera Rodolfo Pacheco, Business Developer Manager en Tata Consultancy Services(TCS). 

La firma de origen indio, como otras que apoyan la digitalización de las empresas, considera que migrar hacia la Nube debería ir guiado por una estrategia que les ayude a vislumbrar las posibilidades, aprovechar las oportunidades e impulsar el valor empresarial del ecosistema cloud.

“Aprovechando esta tecnología, pueden crear resistencia, gestionar la incertidumbre, acelerar la innovación, aumentar la velocidad de comercialización y garantizar la sostenibilidad”, complementa Pacheco.

“Hemos visto que los clientes se concentran más en controlar los costos y, en algunos casos, ayudamos activamente a los clientes a optimizar el gasto en la nube para las cargas de trabajo existentes. De hecho, uno de los beneficios de la nube en comparación con la gestión de un centro de datos, especialmente en tiempos de incertidumbre del mercado, es la capacidad de optimizar los costos con relativa rapidez. Por ejemplo, pausando cargas de trabajo, cambiando a servicios de menor costo, o moviendo el almacenamiento a SKU de menor precio”, dice Américo de Paula, líder de Arquitectura de Soluciones AWS para el Sector Privado en América Latina.

Y es que la Nube permite tanto escalabilidad como flexibilidad. Por una parte, una infraestructura escalable permite ajustar rápidamente los recursos de computación, almacenamiento y redes según las necesidades cambiantes de la empresa. 

“Esto facilita la expansión o reducción de la capacidad en función de la demanda, lo que brinda flexibilidad operativa y rápido acceso a tecnologías de innovación, así como evita la inversión excesiva en infraestructura innecesaria”, agrega Muscillo.

Es una capacidad casi infinita para poder crecer, ya que son tan grandes las capacidades ofertadas que cualquier empresa puede duplicar o triplicar sus aplicaciones. “Y se pueden hacer en cuestión de días y no meses,  como ocurre fuera de la nube”, complementa Felipe Vallejo, Director de Operaciones Cloud TIVIT Latam, una multinacional tecnológica que opera en diez países de América Latina. 

Algo que también destaca César Funes, de Huawei: “Una empresa, de cualquier sector, puede aumentar el tamaño de su ‘almacén’ en la nube bajo demanda, sin procesos tediosos ni tener que esperar a la instalación de equipos. Es un servicio creado para adaptarse a los requerimientos de los clientes, la cantidad de datos almacenados puede crecer o reducirse, según la demanda”, señala. 

Desde esta perspectiva nace el concepto de “infraestructura como servicio”, que implica que las organizaciones pagan por el uso de la infraestructura que soporta la Nube, la cual puede ser pública, donde permite el acceso a múltiples clientes sin importar su categoría o tamaño, o privada, es decir, para un solo usuario. 

También hay un mezcla de ambas, que es lo que se denomina Nube Híbrida.

“Tener esa infraestructura permite procesar los datos de forma inteligente y rápido, incluso en momentos críticos, lo que ayuda a tomar mejores decisiones. Además, permite aislar los ambientes de experimentación y de incubación de ideas, así como tener ambientes de prueba y entrenamiento con costos marginales”, describe Rodolfo Pacheco, de TCS. 

UN TEMA DE MIGRACIÓN

Foto de Mr Cup / Fabien Barral en Unsplash

El traspaso de los datos de cada firma hacia la Nube no es sencillo, sin embargo, ya que muchos de los mayores desafíos para que las organizaciones se trasladen a la nube no son técnicos, se trata de personas y cultura. 

“Las mayores diferencias entre las organizaciones que hablan de migrar a la nube y las que realmente lo hacen y están teniendo más éxito a menudo se reducen a algunas cosas clave: primero, el equipo de liderazgo sénior debe estar alineado y verdaderamente comprometido con el deseo de migrar a la nube. Y deben establecer una dirección y expectativas claras con el resto de la organización para que todos estén en la misma página y trabajen para lograr lo mismo”, declara Américo de Paula, de AWS.

“Se debe considerar mucha capacitación y certificaciones para las personas que tomarán un rol en la operación. También se deben considerar cambios a nivel del gobierno de las empresas muy alineados a la manera de interactuar con la nube. Hay ciertas aplicaciones que no son adaptables a la nube y es posible que estas se deban quedar por fuera interactuando con aquellas que sí lo son”, indica Vallejo, de Tivit. 

Para que el proceso sea correcto, seguro, fluido y en los tiempos establecidos por las partes, las firmas consultadas opinan que la clave es que exista un interlocutor interno calificado para que la empresa que ofrece el servicio en la nube tenga una contraparte de trabajo.

Cuando una empresa decide migrar hacia la Nube, se deben considerar algunos factores tales como: las aplicaciones que se migrarán, la cantidad de datos que se transferirán, el tipo de archivos, los requisitos de uso, la cantidad de usuarios de esos datos, la necesidades de análisis que están a la vista, por citar algunas. 

“Paralelamente, los trabajadores deben ser informados. Luego se planifica la transferencia, considerando pasos de acuerdo con la priorización realizada por la misma empresa en cuanto a sus activos de información y sus necesidades inmediatas de disponibilidad”, enumera César Funes, de Huawei.

En suma, es todo un trabajo de estrategia, planificación y ejecución que, para muchos, no debe ni puede hacerse en solitario. Es ahí donde las firmas, ya sea proveedoras del servicio cloud como consultoras tecnológicas entregan su valor agregado.

“Hoy por hoy, son pocas las organizaciones que destinan el tiempo y esfuerzo necesario para la definición de una estrategia Cloud que permita establecer las bases y lineamientos necesarios para la implementación de capacidades disruptivas, considerando a su vez el mantenimiento de aplicaciones legadas que resultan críticas para el negocio”, resalta Claudio Soarzo de NTT Data. 

Así, todas las empresas, independiente de su nivel de madurez digital, pueden beneficiarse de los atributos de la nube, porque existen diferentes estrategias de despliegue considerando las necesidades particulares de cada una. 

“Puede ser desde aplicaciones empresariales que operan en la nube de un tercero, con el formato de software como servicios (SaaS) o invirtiendo en infraestructura para montar sus propias cargas de trabajo o aplicaciones, lo que se conoce como formato de Infraestructura y/o plataforma como servicios (IaaS y PaaS)”, indica Víctor Muscillo.

Por ende, la innovación empresarial se puede alcanzar a través de la Nube, pero no es espontáneo, opinan en TCS, sino que requiere una estrategia y una solución que cree valor a largo plazo para su negocio, acelerando la innovación y el crecimiento a escala.

“La próxima ola de innovación, crecimiento y transformación empresarial estará impulsada por la nube 2.0. La nube no es sólo una tecnología que hay que adoptar, sino una estrategia de transformación y crecimiento empresarial en sí misma. La Nube 2.0 consiste en garantizar el futuro de las empresas mediante el crecimiento impulsado por la innovación y los nuevos modelos de negocio”, enfatiza Rodolfo Pacheco, de TCS.

El ejecutivo de TCS resalta las capacidades nativas de la nube y la IA, el aprendizaje automático y las “soluciones de código bajo o nulo” -que permiten desarrollar software con poca o ninguna capacidad de codificación- ya que ofrecen un potencial exponencial para la innovación y el crecimiento empresarial. 

“Pero con las cargas de trabajo en la nube actuales representando sólo el 20-30% de lo que podrían, las empresas sólo se han dado cuenta de una fracción de las posibilidades”, dice Pacheco.

UNA DEMANDA QUE CRECE

Foto de John Barkiple en Unsplash

Según un estudio del Global Data Center Accelerator Market, el negocio de la Nube está avaluado en US$ 16.000 millones y llegará a los US$ 130.000 millones hacia 2032. Con un crecimiento agregado (CAGR) del 24%.

Mientras que un reporte dado a conocer por la consultora Gartner en abril estima que en 2023 la inversión en la Nube pública crecerá en todo el mundo un 20% más que en 2022, lo que la llevará a superar los US$ 591.000 millones.

Por ejemplo, Amazon Web Services (AWS), la unidad de negocios en la nube del gigante Amazon, lideró el mercado de servicios de infraestructura cloud en el cuarto trimestre de 2022 con un 32% del gasto total, y vislumbró un crecimiento de 20% sobre su base anual.

Regionalmente, se espera que la adopción de un sistema multi-cloud en las empresas latinoamericanas crezca significativamente en los próximos años, con la Nube Híbrida como el enfoque más común.

“Se estima altamente probable que el futuro sea solo Nube, y si bien hay un bajo porcentaje de aplicaciones que no están preparadas para ir a la nube, la expectativa es que con el tiempo estas se vayan migrando por obsolescencia”, opina Felipe Vallejo Director de Operaciones Cloud TIVIT Latam.

La demanda de la nube en América Latina ha estado creciendo rápidamente, a medida que las tendencias de digitalización avanzan en toda la región, donde tanto el sector público como el privado están transitando hacia cloud

“El comercio electrónico y las instituciones públicas, incluido el sector educativo, están aumentando rápidamente su adopción de la infraestructura de la nube”, afirma César Funes, de Huawei. Lo que necesita conexiones de alta velocidad para hacer un mejor uso de la Nube, “por lo que requerirá terminales menos potentes para acceder a la capacidad y las capacidades integradas en la nube en línea”, anuncia.

Hasta hace algunos años el cloud se orientaba hacia la transformación TI, sin embargo, hoy se está enfocando en transformar industrias. “Así, aporta valor directo sobre las operaciones nucleares de cada compañía, apalancado en distintos servicios tecnológicos, tales como: Inteligencia Artificial, Humanos y Ecosistemas digitales, Machine & Deep Learning, entre otras, comenta Claudio Soarzo de NTT Data.

Esto es fundamental porque la nube es ahora el tejido digital unificador de todas las empresas, incluso de Latinoamérica, que se están transformando digitalmente a través de potentes tecnologías -desde la IA generativa hasta la computación de borde y cuántica- y está marcando el comienzo de la próxima ola de innovaciones ahora y en el futuro”, recalca Rodolfo Pacheco, de TCS.

El potencial de transformación de la nube es enorme y apenas se está utilizando. “Los estudios de mercado muestran que sólo alrededor del 5% de la inversión total en TI de las empresas de todo el mundo se destina a la nube. El 95% restante se destina a tecnologías in situ, por lo que hay mucho margen para la transformación digital de las empresas”, dimensiona Américo de Paula, de AWS.

Otro importante dato que ilustra el potencial de crecimiento del mercado es predicho por IDC, en que solo en América Latina, de 2022 a 2026, el 30% de las ventas totales de las empresas provendrán directamente de productos y servicios digitales y, por su parte, el sector público espera tener completamente digitalizado el 60% de sus procesos y servicios orientados al ciudadano.

DESAFÍO AMBIENTAL

Uno de los mayores desafíos que hoy presentan los data centers dentro de su camino de migración a la nube, es la gran cantidad de energía que demandan para su operación. Tanto así, que se considera que estas instalaciones representan el 1% del consumo eléctrico mundial.

En ese sentido, los proveedores de soluciones en la nube indican que, a través de la digitalización de los procesos, será posible conocer y monitorear la energía y la emanación del carbono en tiempo real, trabajando así en mejorar donde las cosas no funcionan bien y optimizar lo que tiene buen desempeño.

“Es importante desarrollar estrategias para continuar con la digitalización y la descarbonización, es decir, electrificar al máximo nuestros procesos en base al uso de energías limpias, renovables, solar, eólica y otros tipos de energías renovables, que actualmente existen y cada vez son más habituales en nuestro trabajo”, asegura Hernán Neirotti, Regional Manager de Secure Power Division en Schneider Electric.

De cara al futuro, la creación de datos crecerá a una tasa de crecimiento anual compuesta del 23 %, lo que dará como resultado aproximadamente 175 zettabytes (ZB) – es decir, la increíble suma de mil trillones de bytes – de creación de datos para 2025, según IDC.

Y el consumo de energía seguirá siendo un tema candente a medida que los costos para producirla aumentan aún más. 

“Si a estos datos los ponemos en contexto en nuestra región, tenemos un panorama preocupante por el alto costo de la energía eléctrica, especialmente en los países donde la generación de energía eléctrica es principalmente a partir de fuentes no renovables, lo que lleva a que los data centers sean menos rentables”, afirma Álvaro Camarena, vicepresidente Senior de Canales para Dell Technologies América Latina.

Según Camarena, para ahorrar recursos y costos, las empresas deben actuar implementando eficiencias para reducir el uso general de energía, mediante tres estrategias clave: optimización, modernización y consolidación, considera el experto.

Esto implica identificar los equipos más ineficientes y que consumen más energía, para reemplazarlos implementando soluciones más eficientes y buscando alternativas. Al reducir el calor, por ejemplo, podemos evitar la energía y el agua que se utilizan para enfriar el centro de datos.

“Si bien el centro de datos de cada cliente es único, todos pueden obtener los beneficios del ahorro de costos y energía si implementan una estrategia integral y un enfoque iterativo que reúna a los socios, las tecnologías y los procesos más adecuados” concluye Camarena.

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