La Organización Mundial de la Salud ha anunciado que la soledad se ha elevado a la categoría de prioridad sanitaria global, estableciendo una nueva Comisión sobre Conexión Social para abordar la “amenaza urgente para la salud” que representa la epidemia mundial de aislamiento social. En los próximos tres años, esta comisión se enfocará en desarrollar estrategias para explorar avances científicos y diseñar medidas para abordar este problema global de salud.
Los médicos han destacado la importancia de la conexión social en el contexto de la atención médica: una encuesta global difundida por la OMS revela que casi uno de cada cuatro adultos se siente muy o bastante solo, y más del 50% de los niños y adolescentes experimentan soledad. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado estos sentimientos, especialmente entre los jóvenes, al limitar las interacciones sociales normales.
Investigaciones demuestran que la falta de conexión social está vinculada a problemas de salud mental y aumenta el riesgo de ansiedad, depresión y suicidio. Además, esta condición está asociada con problemas físicos, como mayor riesgo de mortalidad prematura, disfunción inmunitaria, enfermedades cardiovasculares y deterioro cognitivo. Un estudio incluso compara el impacto de la soledad en la salud con fumar hasta 15 cigarrillos al día.
La Comisión de la OMS se embarca en la tarea de proporcionar orientación práctica a sistemas de salud en todo el mundo sobre cómo abordar la relación crítica entre la falta de conexión social y los resultados adversos para la salud. Su enfoque abarca no solo la atención individual, sino también intervenciones a nivel comunitario para abordar este apremiante problema de salud pública.