La regla del 85% es una interesante perspectiva que se aplica a diversos aspectos de la vida, desde el trabajo hasta el deporte. En esencia, esta regla sugiere que cuando operamos a aproximadamente un 85% de nuestra capacidad, a menudo rendimos mejor que cuando tratamos de darlo todo al 100%. Esto no significa que debamos estar distraídos o desinteresados, sino más bien en un estado de relajación y fluidez.
Un ejemplo ilustrativo proviene del mundo del atletismo, personificado por Carl Lewis, un famoso velocista. Aunque Lewis rara vez lideraba una carrera de principio a fin, no se debía a un inicio lento para luego darlo todo. Más bien, él corría con una constancia asombrosa, manteniendo un estilo y ritmo uniformes desde el principio hasta el final. Parecía estar operando al 85% de su capacidad en todo momento, sin agotarse ni perder su rendimiento a medida que avanzaba la carrera.
La lección que podemos extraer de esta regla es que no es necesario dar siempre el 100% de nuestras energías. Hacerlo constantemente puede llevar al agotamiento en el trabajo o al sobreentrenamiento y las lesiones en el deporte. Además, es prácticamente imposible mantener siempre ese nivel máximo de esfuerzo todo el tiempo. En cambio, lo más efectivo es operar normalmente al 85%, reservando ese 15% adicional para momentos en los que realmente sea necesario. Esta regla se enfoca en la consistencia y la sostenibilidad en lugar de buscar picos de rendimiento.
Aplicar la regla del 85% en el trabajo implica encontrar un equilibrio entre el esfuerzo y la relajación para mejorar el rendimiento y la productividad. Aquí tienes algunas estrategias para hacerlo:
Establece prioridades: En lugar de tratar de abordar todas las tareas al máximo de tu capacidad, identifica las tareas más importantes y enfócate en ellas. Reserva ese 15% adicional de energía para los proyectos cruciales en lugar de dispersarte en tareas menos relevantes.
Gestiona el tiempo de manera efectiva: Utiliza técnicas de gestión del tiempo, como la técnica Pomodoro, para trabajar en intervalos concentrados de tiempo, seguidos de descansos cortos. Esto te ayudará a mantener un nivel constante de energía y concentración.
Evita el perfeccionismo excesivo: A veces, el perfeccionismo puede llevar a un agotamiento innecesario. Reconoce que no todas las tareas requieren un nivel máximo de perfección. Aprende a aceptar resultados buenos pero no perfectos en algunas situaciones.
Prioriza el autocuidado: El descanso adecuado, una dieta saludable y la actividad física son fundamentales para mantener un estado de relajación y salud en el trabajo. No te exijas demasiado sin permitirte tiempo para cuidar de ti mismo.
Practica la gestión del estrés: Aprende técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda o el yoga, para mantener la calma en situaciones desafiantes. Esto te ayudará a operar más cerca del 85% en lugar de entrar en un estado de ansiedad.
Establece límites: Define límites claros para tu trabajo. Evita trabajar en exceso y establece horas de finalización para tu jornada laboral. Esto te permitirá recargar energías y volver al trabajo al día siguiente con una mente fresca.
Aprende a decir no: No te comprometas con más responsabilidades de las que puedes manejar de manera efectiva. Decir no cuando sea necesario te ayudará a evitar el exceso de trabajo y el agotamiento.
Revisa y ajusta regularmente: Haz un seguimiento de tu carga de trabajo y de cómo te sientes en tu entorno laboral. Ajusta tus niveles de esfuerzo y relajación según sea necesario para mantener un equilibrio saludable.
Recuerda que la regla del 85% se trata de operar a un nivel en el que puedas mantener un rendimiento constante y sostenible a lo largo del tiempo, en lugar de agotarte rápidamente tratando de estar siempre al máximo. Adaptar estas estrategias a tu situación y estilo de trabajo te ayudará a aplicar con éxito esta regla en tu vida laboral.