
Organismos internacionales, consultoras y bancos de inversión dan sus proyecciones con respecto a lo que se vivirá en los próximos 12 meses en la región.
Una menor inflación, acompañada por un menor crecimiento económico causará una desaceleración en Latinoamérica en el 2023.
De acuerdo con un análisis publicado por la BBC, los organismos internacionales, consultoras y bancos de inversión han proyectado ciertas conductas que se observarán el próximo año en América Latina. Con respecto al crecimiento, la Comisión Económica para América Latina proyecta un crecimiento de 1.3%, causado por políticas monetarias restrictivas, limitaciones del gasto fiscal, y menor monto de consumo e inversión. Por su parte el Fondo Monetario Internacional ha planteado un escenario de crecimiento de 1.7%, destacando el continuo malestar social que reina en la región como causal de la ralentización del desarrollo. Por otro lado, el Banco Mundial plantea un crecimiento del 1.6%, basado en las altas tasas de interés, la guerra en Ucrania y el bajo crecimiento de China, lo que afecta las exportaciones. A pesar de las proyecciones, JPMorgan sostiene que América Latina destacaría este año entre los mercados emergentes.
En consenso, la mayoría de las entidades asegura que la inflación en 2023 será menor que en 2022. A pesar de aún no lograr alcanzar los niveles prepandemia, los analistas coinciden en que será un año con menos inflación que los años previos y que el aumento de precios alcanzó su punto máximo en las grandes economías de la región.
Los desafíos políticos que enfrenta la región también serán un factor que influya en el desarrollo de la región en el próximo año. Para asegurar que las inversiones se mantengan, los nuevos gobiernos de la región deberán implementar reformas de política que no afecten su desarrollo. De acuerdo con el artículo, a pesar de las dificultades, los analistas plantean que habrá oportunidades de crecimiento en 2023. En diversas áreas, entre las que destacan la agricultura, la minería y el nearshoring.