Por Simalco BrandLink
Hoy poseer un EMBA (Executive Master of Business Administration) es un real impulso para los trabajos de C-suite en grandes corporaciones y un activo para empresarios que buscan dar fortalecimiento a conocimientos que ya están en práctica en sus diferentes negocios.
Así fue la experiencia del chileno Nicolás Bär Armstrong, quien hoy es VP y Director of Corporate Affairs Chile & Head government relations Brazil, en Metlife, quien comenta que su EMBA en The Wharton School, de la Universidad de Pennsylvania fue una experiencia que no sólo contribuyó a su crecimiento profesional, “sino que también fue clave en temas de generación de nuevos negocios. Entre otras cosas yo quería aprender de finanzas y Wharton es la cuna o la Meca de las finanzas, por ende, era prioritario”.

Nicolás también valora el alto nivel de los profesores, donde hay académicos que también han tenido destacados roles en gobiernos y empresas, que les gusta la interacción con alumnos y siempre dispuestos a aprender. “Más que profesores, son maestros”, asegura Nicolás.
Pero no todos pueden darse el lujo de vivir en Estados Unidos para hacer un programa EMBA.
Por eso cobra relevancia que Wharton lanzara en agosto del año pasado el programa Global MBA para ejecutivos, para llegar virtualmente a los líderes emergentes de todo el mundo, el que comienza justamente en mayo de este año.

El programa EMBA de The Wharton School, de la Universidad de Pennsylvania, es uno de los más prestigiosos a nivel mundial y está ranqueado como el N°1 de los Estados Unidos por el medio US News este año, en lo que se refiere a programas de educación de negocios para ejecutivos en Estados Unidos.
Así, la escuela es la primera entre sus pares en ofrecer una opción de Executive MBA combinado, aprovechando tanto su facultad de renombre mundial como su experiencia de aprendizaje en línea para aumentar el acceso para que ejecutivos de distintas latitudes puedan acceder a este programa.
La nueva “Global Cohort” del executive MBA global se impartirá 25% en persona, 75% online. “Nuestro objetivo es reunir a nuestra generación de estudiantes más diversa hasta el momento: profesionales de negocios cuya ubicación, trabajo o situaciones personales les impiden viajar mucho, pero que comparten la pasión por aprender de los profesores de Wharton y entre ellos”, indica en su comunicación oficial Brian Bushee, vicedecano senior de enseñanza y aprendizaje de The Wharton School.
La instrucción virtual se llevará a cabo en las primeras horas de la mañana o en las últimas horas de la noche (E.T.) para que los estudiantes puedan operar en torno a los horarios de trabajo y participar desde múltiples zonas horarias diferentes. Además de esta comunidad en línea, los estudiantes también pasarán mucho tiempo juntos en persona durante las “semanas residenciales” en los campus de Wharton en Filadelfia y San Francisco, así como durante los numerosos viajes de aprendizaje internacionales del programa.
A lo largo del programa, los estudiantes recibirán el apoyo de gestores de aula personalizados, contacto regular directo con profesores senior que son destacados expertos en sus áreas y tendrá acceso a la red global de Wharton de 104 mil exalumnos, actualmente la más grande de cualquier escuela de negocios en el mundo.
“La evolución del Executive MBA de Wharton es un reflejo de nuestro espíritu emprendedor y nuestra dedicación a la innovación en la pedagogía educativa”, afirmó durante el lanzamiento del programa Erika James, decana de Wharton School. “Los últimos dos años y medio han demostrado que los programas académicos de alta calidad pueden extenderse con éxito más allá de la experiencia tradicional en el aula presencial. Al combinar la mejor instrucción virtual en su clase con oportunidades significativas de aprendizaje residencial, podemos extender el alcance de la educación de un MBA de Wharton a más líderes que están preparados para hacer crecer las economías y transformar las industrias en todo el mundo”.
El programa Executive MBA de Wharton actualmente forma a más de 230 profesionales cada año, ofreciendo el mismo rigor académico y profesores que el programa de MBA de tiempo completo de Wharton. Los estudiantes de EMBA de Wharton obtienen el mismo título que los estudiantes de MBA a tiempo completo.
Desde el programa destacaron a SIMALCO que la inclusión y reconocimiento con una marca reconocida internacionalmente, la extensa red de exalumnos y de escuelas de negocios que llega de más de 104 mil profesores de renombre mundial y un plan de estudios riguroso, junto con la flexibilidad adicional que brinda la red global de conectividad son los elementos claves del porqué son líderes del sector.
En ese sentido, Wharton ha forjado un perfil enfocado a un profesional con más de diez años de experiencia laboral, e idealmente un mínimo de cinco años de experiencia gerencial. Además, busca a ejecutivos que persigan mejorar sus conocimientos y habilidades, y no un reinicio de su carrera, sino impulsar su futuro con nuevas herramientas.

Por otro lado, también están centrados en reclutar ejecutivos con visión regional y con la capacidad demostrada para tomar la iniciativa en la exploración profesional (y personal) de una comunidad global.
De esta forma, Wharton ha implementado un programa de EMBA que se adecúa al tiempo y necesidades de profesionales que ya están en marcha con experiencias financieras, impulsando nuevas herramientas de liderazgo, pero, sobre todo, agregando valor a sus negocios y vida profesional.
Así lo confirman en la misma web de graduados de Wharton los testimonios de ex alumnos de ascendencia latina, hoy exitosos ejecutivos como Andrew Ritter, de la generación de graduados del 2016, fundador y director ejecutivo de Ritter Pharmaceuticals al comentar que “El programa MBA para ejecutivos de Wharton te convierte en un mejor emprendedor, porque te obliga a ser más eficiente con su tiempo y recursos, y brinda nuevas perspectivas e ideas que te benefician tanto a ti como a tu compañía.”
Por otro lado, Gleb Chuvpilo, de la generación de graduados del 2017, fundador y socio gerente de Thundermark Capital agrega que “Tengo la experiencia en ingeniería y operaciones, pero el programa EMBA de Wharton validó mi conjunto de habilidades a los ojos de los inversores. Habría sido mucho más difícil para mí empezar como gestor de fondos emergentes sin Wharton en mi currículum”, enfatiza.
Como destacan, el EMBA de Wharton ofrece una mirada amplia y global para ejecutivos, tanto de EE.UU como de Latinoamérica, ofreciendo constantes capacitación para CEO ya en ejercicio, así como también el complemento de una red global de apoyo a sus emprendimientos que pueden dar y otorgar más musculatura a su plan de negocios.

LAS CLAVES DE UN EMBA
Hoy los ejecutivos que están interesados en aumentar sus habilidades de liderazgo, pero a veces el tiempo para asistir a un programa de postgrado en negocios, a pesar de interés esta de la mano de la luz verde que le puedan dar sus apretadas agendas y equilibrar su gran carga de trabajo.
Sin embargo, debido a que estos gerentes de tiempo completo tienen una experiencia laboral significativa y ya comprenden los aspectos esenciales de los negocios, a menudo desean cursos de negocios avanzados que profundicen en las complejidades de varios desafíos de gestión o resuelvan sus problemas en un corto tiempo.
Como decían los participantes del EMBA de Wharton, entre las diferencias que podemos encontrar entre un Executive MBA con un MBA regular es su foco, al estar dirigido a profesionales consolidados que cuentan con una experiencia laboral de 10 años aproximadamente, es decir, una experiencia realmente significativa en el campo elegido.
Mientras que un MBA está dirigido para estudiantes que recientemente han finalizado sus estudios universitarios, y por lo tanto que no cuentan con experiencia previa, dentro de una modalidad “full-time” y una mayor exigencia en cuanto al tiempo de dedicación.
Al salir, los ejecutivos que cursan este tipo de máster reconocen un incremento en su sueldo cuando se incorporan a un puesto o ascienden en su empresa una vez terminado el programa.
Así lo confirma Caio Arnaes, Director Asociado de Robert Half Chile, al comentar que el mercado laboral se mantiene cambiante y dinámico; y junto con ello, los procesos de reclutamiento se han convertido en procesos muy estratégicos.
Por lo tanto, el nivel de especialización de un profesional resulta relevante al momento de elegir a un candidato y se prefiere a personas que han optado por una formación continua.
En la misma línea para Arnaes, la elección de un estudio de postgrado, en general, debe apuntar a un objetivo, es decir, debe ser una decisión estratégica.
“El tema de fondo es que [ese EMBA] entregue los conocimientos necesarios según el área de interés que tenga el alumno. Hay que considerar, además, que este tipo de estudios ofrece la oportunidad de ampliar las redes de contacto y networking, por lo que es valioso revisar quiénes son los profesores y aprovechar esa instancia para aprender, pero también para establecer vínculos con ellos y con los compañeros, ya que en el futuro pueden ser aliados muy importantes en el desarrollo de la carrera profesional. El tema de la modalidad también es relevante hoy, ya que abre un espectro de opciones tanto en la ciudad de residencia del alumno como en otras o, incluso, fuera del país, accediendo a alternativas que solo con la modalidad presencial quizás no son accesibles”, enfatiza Arnaes.

Así también lo afirma Murilo Arruda, fundador & CEO en MyDNA, una empresa de tecnología en reclutamiento y selección y experiencia del colaborador, con base en Santiago de Chile pero que atiende a diferentes clientes de la región latinoamericana, quien comenta que su paso por un EMBA fue algo que marcó un antes y después en su carrera.
Arruda detalla que, a lo largo de 20 años de carrera, ha visto que “si bien el atractivo del MBA en los años 90 y 2000 era dar una visión total de la empresa y con él los profesionales valorizaron mucho su CV, porque era algo único, que pocas universidades entregaban, pero con el tiempo esto se masificó y más gente hizo un MBA, entonces la ventaja competitiva de tener algo único en tu CV se fue, desapareció. En esos últimos años nacen los Executive MBA con una barrera de entrada importante, pues para cursarlo debes tener experiencia comprobada de un cargo gerencial en una firma, ya no es solo tener el dinero para hacer el programa. Además, el EMBA es más caro y específico para la realidad de ejecutivos de medio y alta gerencia, por ende, vuelve a dar peso al CV de la persona. Pero también pesa mucho el timbre o sello de la universidad que lo imparte”, explica Murilo Arruda.
Por ende, el EMBA va en torno a buscar a la adaptación de un perfil de un profesional con recorrido en los negocios y dispuesto a tener herramientas más específicas para problemas más cercanos.
Todo eso finalmente es lo que hace la diferencia para el reclutador o hiring manager que evalúa a un candidato o candidata, dice el fundador de MyDNA.
Además, hay todo un tema con la inversión que se hace para estudiar, ya que el Return of Investment -el ROI de un MBA- está en torno a los 13 años y toma dos años de dedicación a tiempo completo.
“De forma muy honesta, en una oficina reclutadora se reciben 5 mil CVs al día, promedio, y en los criterios de búsqueda, realmente si no está ahí una universidad de prestigio, no es posible diferenciar ni privilegiar el currículo. Mucha gente quiere valorizar su CV de forma fácil y el EMBA podría ser una forma de hacerlo, pero quien está reclutando tiene que poder entender qué valor trajo a su carrera y si no es alto, no tiene realmente valor”, sentencia.
Por eso, Arruda recomienda, si se busca hacer un EMBA, este debe ser de una Universidad de prestigio y, sobre todo, cuánto de lo que tú aprenderás te va a ayudar en tu día a día de forma efectiva y real: no debe ser solo para tener un diploma para incluir en el CV. La diferencia es poder aprender y mejorar en gestión, visión estratégica y que tenga valor para tu vida profesional. Si no, mejor no hacerlo”, explica.
EL EMBA COMO CARTA DE TRIUNFO
Hoy nos enfrentamos a un escenario laboral más competitivo, donde la necesidad por profesionales mejor preparados y con experiencia en diferentes ámbitos, y con fuerte mirada en llevar sus experiencias y habilidades fuera de su zona de confort es la clave para avanzar.
Por ejemplo; si tomamos en cuenta un estudio reciente del Graduate Management Admission Council (GMAC) denominado “Application Trends Survey – 2022 Summary Report” dio las primeras pistas sobre qué camino tomar al momento de integrarse a un programa de administración de empresas a nivel internacional.
El informe se basa en las respuestas de personas de todo el mundo que expresaron interés en un título de posgrado en negocios en 2021-22, donde si bien el costo sigue siendo una de las principales preocupaciones en el escenario económico actual, con un mercado laboral dinámico y una inflación en aumento, los candidatos de todo el mundo continúan viendo los títulos en negocios como un camino comprobado hacia el éxito profesional y se posicionan para lograr sus objetivos, en consonancia con los que tenían antes de la pandemia.
El Informe global de GMAC reveló que cuatro de cada cinco candidatos dijeron que un título de posgrado en administración les permite sobresalir en el trabajo. Del mismo modo, el programa MBA a tiempo completo sigue siendo la opción más popular, con uno de cada cuatro candidatos que prefiere el formato de tiempo completo de dos años y uno de cada cinco prefiere el formato de tiempo completo de un año.
Por ejemplo hoy, más allá de un curso específico, la tendencia es la formación continua de los profesionales. Cada día surgen nuevos descubrimientos, nuevas tecnologías, nuevas formas de enfrentar los desafíos en el mundo laboral por lo que el dinamismo personal es vital.
Por otra parte, la octava edición del Ránking FSO 2022-23 (sobre instituciones de formación superior online) realizado en conjunto con la consultora de investigación de mercados Hamilton Global Intelligence y Emagister – y que incluye un ránking de 30 universidades e instituciones que imparten esta formación para ejecutivos en España, Estados Unidos, México, Guatemala, Puerto Rico, Panamá, Colombia, Perú, Argentina y Paraguay- dio a conocer los siguientes resultados:
Casi la mitad (49,9%) de las personas que deciden realizar un postgrado en finanzas lo hacen con el propósito de avanzar en su carrera profesional, un 27% pretende ascender en su empresa o aumentar su formación.
Por otro lado, el 91,6% de los estudiantes que cursó un EMBA en estas instituciones ya ha encontrado empleo, el 72,8% lo hacía en un trabajo relacionado con el ámbito de su titulación, una cifra que se incrementa un 7% respecto al año pasado. El 75,8% afirma que su situación laboral ha mejorado gracias al MBA o EMBA.
Si vemos la situación de movilidad dentro de sus empresas, los ejecutivos señalan que cuando terminan la formación, el 36,2% ejerce como director de departamento, el 28,6% ocupa un puesto de rango menor, el 13,2% es alto directivo y el 10,1% es director general. De hecho, sólo un 6,8% se encuentra en un sector que no le interesa y un 5,1% está desempleado o cursando otra formación.
Y es que hoy, los profesionales tienen que mantenerse activos, ganando experiencia, pero también aprendiendo, haciendo cursos de especialización, mejorando continuamente en dicho aspecto. Por ello, podríamos afirmar que el elemento diferenciador, entre un EMBA y un MBA, va por ese lado, por comprender la necesidad de seguir en evolución constante para mantener la competitividad, comenta Caio Arnaes.
Finalmente, Nicolás Bär, enfatiza que totalmente recomienda la experiencia de su EMBA en relación con el aprendizaje práctico y nutrirse de múltiples experiencias de otros participantes del curso fue esencial y ha marcado un elemento diferenciador en relación con otros postgrados. “Tuve compañeros de todos los backgrounds, gente que está en posiciones de negocios, pero con una amplia mirada, que aportan desde sus disciplinas a la experiencia del EMBA y eso es súper enriquecedor”, puntualiza.
Mientras que Arruda no duda en que las credenciales de la institución en donde se curse el EMBA serán vitales a la hora de poder cuantificar el retorno de valor e inversión, ya sea en obtener un nuevo o una mejor posición en una empresa, o un mejor posicionamiento dentro del ecosistema de negocios.
El valor agregado de estudiar en una u otra universidad no es algo menor, sino que, por el contrario, al momento de seleccionar un currículo como primera opción pasará mucho por la reputación de en dónde se dio la formación del ejecutivo.
En la misma línea es que vemos que la tendencia que predomina es la formación constante, como respuesta al vertiginoso ritmo del desarrollo tecnológico, las nuevas tendencias, necesidades y desafíos que hoy tienen las empresas. “Hoy las contrataciones de ejecutivos top se están haciendo con niveles de especificidad cada vez mayores. El mercado laboral ha adoptado un enfoque estratégico y los profesionales que se requieren son cada vez más específicos en su nivel técnico, así como en sus habilidades blandas para lidiar con situaciones cotidianas y encontrar soluciones empleando la menor cantidad de recursos para alcanzar el mayor beneficio. En ese sentido, contar con estudios de postgrado es clave y permite que un profesional destaque” concluye Arnaes.