En el año 2023, se proyecta que las remesas enviadas a América Latina y el Caribe alcanzarán un récord de 155.000 millones de dólares, según las estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo. Este aumento significativo, que marca 15 años consecutivos de crecimiento, se debe en gran medida a la contribución de cientos de miles de inmigrantes que envían dinero desde Estados Unidos para ayudar a sus familias en la región.
A pesar de la desaceleración económica en América Latina, con un modesto crecimiento estimado del 2 % para el año en curso, las remesas desempeñan un papel crucial como fuente de ingresos para muchas familias en la región.
Estas remesas representan el 2,5 % del Producto Interno Bruto a nivel regional y han superado la inversión directa extranjera, excluyendo a Brasil. En Centroamérica, constituyen el 12,7 % del PIB, siendo especialmente significativas en países como Nicaragua (30 % del PIB), Honduras (27 %), El Salvador (24 %) y Guatemala (19,5 %). Aunque en Sudamérica el impacto en el PIB es menor (0,7 %), el BID destaca su importancia para millones de familias de bajos ingresos.
Estados Unidos es el principal emisor de remesas, contribuyendo con el 60 % del total. Este aumento podría atribuirse, en parte, al incremento en la tasa de empleo de los migrantes en Estados Unidos, alcanzando un 95,1 % en 2023, junto con mejoras en los ingresos de quienes envían dinero, con un salario semanal promedio de 860 dólares, según el BID.
A pesar del aumento en el volumen de remesas en dólares, el impacto real en las familias varía según la inflación y la devaluación de las monedas locales. Mientras que en algunos países, como Nicaragua, las remesas tienen un impacto positivo, en otros, como México, la apreciación de la moneda local frente al dólar ha reducido el poder adquisitivo de estas remesas.
México, siendo el segundo receptor mundial de remesas después de la India, anticipa recibir más de 64.000 millones de dólares en 2023, un aumento del 10 % en comparación con el año anterior. Sin embargo, debido a la apreciación del peso mexicano, el poder de compra de estas remesas ha disminuido en un 18,9 %. Por otro lado, Nicaragua espera recibir poco más de 5.000 millones de dólares en remesas en 2023, experimentando un incremento del 60 % en comparación con 2022.