
Repsol vendió el 25% de su negocio upstream al fondo estadounidense EIG por 4,800 millones de dólares. El fondo pagará alrededor de 3,400 millones por la cuarta parte de las acciones y asumirá aproximadamente 1,400 millones de deuda. Si bien la transacción no implica plusvalías para el grupo energético español, sí le permitirá reducir su endeudamiento y generar nuevas inversiones.
Esta operación, asesorada por PJT Partners y Allen & Overy, implica una reestructuración societaria de los activos de exploración y producción, que quedará valorizada en 19 mil millones. Además, contempla una cotización en la Bolsa de Estados Unidos para el 2026. La empresa, con foco en Norteamérica, tiene una producción prevista de 570 mil millones para 2022 y 2,300 millones de barriles equivalentes de petróleo de reservas, el 70% en gas natural.
Según un comunicado emitido por la corporación española, esta venta va en línea con los objetivos de negocio trasados por la empresa para el 2025, que tienen como finalidad dotar al grupo de un perfil “multienergético”, que les permita alcanzar cero emisiones netas en 2050. Asimismo, la empresa ha anunciado su intención de reducir emisiones en un 75% en el periodo de 2016 a 2030. En esa línea, la empresa ha destacado los altos estándares de su nuevo socio en materia de responsabilidad social corporativa. EIG está especializada en inversiones privadas en energía e infraestructuras relacionadas. El año pasado, lideró una inversión de 12,400 millones de dólares en una participación del 49% en oleoductos de Saudi Aramco, considerada como una de las mayores compañías energéticas del mundo.
Repsol, como accionista mayoritario, continuará en control de los yacimientos que tiene en Sudamérica, en Brasil, Perú y Venezuela, entre otros. Además, ya ha iniciado la construcción de proyectos eólicos, solares en hidroeléctricos en Chile, España y Estados Unidos.