Durante los últimos días, las lluvias en Uruguay han brindado un alivio a la crisis hídrica que afectaba al país, casi dejando sin agua potable a la mitad de la población. Las reservas de la represa Paso Severino, la principal fuente de agua para Montevideo y el área metropolitana, han aumentado significativamente del 2% a un 47% de su capacidad total gracias a las precipitaciones. Esto ha mejorado la calidad del agua corriente, que durante más de dos meses fue casi inbebible debido al alto contenido de sodio.
El Instituto Nacional de Meteorología informa que se registraron 76 milímetros de lluvia sobre el embalse Paso Severino la semana pasada, lo que resultó en un incremento de 10 millones de metros cúbicos de agua en la represa. Las precipitaciones acumuladas en semanas anteriores también contribuyeron a este aumento, llevando las reservas a 32 millones de metros cúbicos, cerca de la mitad de su capacidad total de 67 millones. Inicialmente, en julio, las reservas eran de solo 1.1 millones de metros cúbicos, debido a tres años de sequía, la peor en décadas.
Ante el agotamiento de la represa Paso Severino, las Obras Sanitarias del Estado (OSE) se vieron obligadas a mezclar las aguas del Río Santa Lucía y el Río de la Plata para abastecer de agua potable. Esto resultó en niveles extraordinariamente altos de sodio en el agua, lo que llevó a recomendaciones de evitar su consumo para grupos vulnerables. Sin embargo, los niveles de sodio han vuelto a la normalidad, mejorando la calidad del agua.
El gobierno uruguayo declaró una emergencia hídrica en junio y ha tomado medidas para enfrentar la crisis, como la construcción de una obra para trasladar agua del Río San José al Santa Lucía, aumentando el suministro en 200,000 metros cúbicos diarios. Esta medida ha permitido administrar de manera más eficiente las reservas de la represa Paso Severino.
El Gobierno también ha extendido el apoyo económico a la población vulnerable hasta septiembre para garantizar el acceso a agua embotellada. Además, se han tomado medidas locales, como la entrega de agua embotellada en policlínicas y merenderos.
Las lluvias recientes han brindado un respiro temporal a la crisis, aumentando las reservas de agua y mejorando la calidad del suministro. Sin embargo, el Gobierno está mirando a largo plazo con el Proyecto Neptuno o Arazatí, que involucra la construcción de una planta potabilizadora en el sur del país. Este proyecto ha sido objeto de controversia debido a preocupaciones ambientales y la salinidad del agua del Río de la Plata.
Aunque la situación ha mejorado, el país aún busca soluciones a largo plazo para asegurar un suministro sostenible de agua potable.